De acuerdo con la estadística oficial, en Chihuahua, durante el 2020, el 24.4 por ciento de la población tenía algún rezago alimenticio, educativo, de acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad de vida y espacios de vivienda. Para el último trimestre del año pasado, sin embargo, el porcentaje de ese sector se ubicó en 32.1 por ciento, indica la gráfica del organismo.
Esta parte de la población, define el Coneval, presenta una o más carencias sociales, pero su ingreso es superior a la línea de bienestar.
El análisis hecho por Coneval consideró siete niveles socioeconómicos, los cuales existen en el territorio mexicano, y analizó distintos factores en la calidad de vida para ello.
De acuerdo con su Índice de Niveles Socioeconómicos, basado en un modelo estadístico que permite la agrupación, se consideró un marco conceptual de seis dimensiones de bienestar dentro del hogar: capital humano, infraestructura práctica, conectividad y entretenimiento, infraestructura sanitaria, planeación y futuro e infraestructura básica y espacio.
Además, un total de 860 mil 629 chihuahuenses que representan el 23 por ciento de la población, se encuentran en pobreza laboral, es decir, sus ingresos son insuficientes para adquirir la canasta básica.
Según con la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), el costo promedio de la canasta básica a nivel nacional fue de 2 mil 443 pesos y la integran productos como maíz, frijol, arroz, azúcar, harina de maíz enriquecida, aceite vegetal comestible, atún, sardina, leche, chiles envasados, café soluble, sal de mesa, avena, pasta para sopa, harina de trigo, jabón, papel higiénico, detergente y pasta dental, entre otros.
En México, a 37 de cada 100 personas no les alcanza para comprar la canasta alimentaria, aun con los aumentos al salario mínimo, por lo que tienen que resolver sus gastos con otras entradas de ingresos, como programas sociales.
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