En los últimos 30 años, Chihuahua vive la peor sequía, el agua se agota y se prevé un año 2025 de supervivencia, pero no de producción.
Chihuahua es uno de los estados más afectados a consecuencia de la sequía, suman ya dos años sin precipitaciones suficientes para paliar la sed de la tierra. Durante 2024 la sequía fue un factor que ocasionó la baja en la producción, tanto en zonas de temporal como de riego. Las lluvias no llegaron como se esperaba y el nivel de las presas se encuentra en el nivel más bajo, al grado que no se contará con ciclo agrícola con agua de presa en la región Centro-Sur una de las más productivas en el estado.
Desde el mes de enero, la entidad reportaba un 50.8% afectado por la sequía excepcional, el 44.7% por la sequía extrema y el 4.4% por sequía severa.
Aunque el 2020 había sido catalogado como el más seco, el 2024 sobrepasa la situación vivida, dado que los 67 municipios, es decir, todo el territorio estatal estaba en sequía.
Mes con mes la situación se fue agravando para febrero 33 de los 67 municipios registraban sequía excepcional, en junio se reportaron 43 municipios en sequía excepcional.
Las precipitaciones que se registraron ayudaron a disminuir la cifra a 24 municipios en sequía excepcional para el mes de septiembre, al mes de octubre se reportaron 25 municipios en la misma condición, lo que motivó al Gobierno del Estado de Chihuahua a declarar una emergencia por sequía.
Al corte del 15 de diciembre 24 municipios permanecen en sequía excepcional, 23 en extrema, 10 en severa y 10 en moderada
La Declaratoria de Emergencia por Sequía 2024 delinea un plan de acción para mitigar la sequía y atender los efectos en la población. A la fecha todo el territorio estatal se encuentra en algún nivel de sequía.
En el 2025 se destinarán mil millones de pesos para atender dichos impactos, sobre todo en las zonas donde no se contará con ciclo agrícola debido a la falta de lluvias.
De ciclo agrícola restringido a pozos de auxilio
Chihuahua lleva dos años en intensa sequía, este 2024 ocasionó que el ciclo agrícola se redujera un 60 por ciento, ya que solo se autorizó un 40 por ciento de la superficie cultivable.
En el 2025 el ciclo agrícola no será posible debido a que las presas no cuentan con agua, ello generará un fuerte impacto económico y de empleabilidad en el estado.
Aunque no se tienen las cifras del cierre del ciclo 2024, el presidente del Consejo Estatal Agropecuario, Arturo González destacó que será un mejor año que el 2023, cuando además el campo registró la desaparición de la financiera rural y los cortes de energía eléctrica fueron más constantes.
Mario Lerma Sáenz, dirigente estatal del Frente Campesino de Chihuahua dijo que la zona de temporal fue abatida por completo, los campesinos sembraron frijol, maíz, avena, sorgo pero nada creció debido a la falta de agua de lluvia.
Bajas precipitaciones en Chihuahua
El promedio de precipitaciones pluviales sobre Chihuahua de enero a septiembre fue de 227.6 milímetros, que supera a la precipitación del 2023 que fue de 224.5 mm, sin embargo no ha sido suficiente para mitigar la sequía, ya que la precipitación normal anual es de 430 milímetros.
Durante el 2024, Chihuahua reportó más lluvia que en el 2023, pero no llega al promedio de 2022 que fue de 472.8 milímetros. El periodo de junio a septiembre, que es la temporada de lluvia, fue sumamente incipiente.
Durante noviembre y diciembre las precipitaciones no mejoraron, incluso las temperaturas en la zona serrana son mayores a las tradicionalmente registradas. La falta de humedad que se pretendía que dejara la nieve invernal no ha llegado.
La falta de lluvias y las altas temperaturas que se registraron en Chihuahua ha ocasionado el incremento de evaporación del agua de las presas.
Sin la fábrica de agua
A nivel estatal las 10 presas que tienen incidencia en Chihuahua reportan un 19.8 por ciento, en el 2023 el nivel era de 43%.
Al no contar con agua en las principales presas de la entidad como son La Boquilla en San Francisco de Conchos y Las Vírgenes que se alimenta del río San Pedro la producción en la región Centro Sur será nula, los campesinos afirman que serán riegos para la sobrevivencia de los perennes.
Los módulos y distritos de riego se preparan para mantener los cultivos perennes a través de pozos de auxilio, con la esperanza de que en otra época se pueda recuperar la producción. Sólo el distrito de Juárez y Ojinaga podrán contar con ciclo agrícola, uno porque se riega con agua residual y el otro con agua de la presa Luis Laureano León que se encuentra al 62.64% de su nivel.

A pesar de que la Secretaría de Desarrollo Rural realizó un total de 14 vuelos de estimulación de nubes, principalmente en la zona serrana, en la cuenca alta de la Sierra Tarahumara, donde nace el río Conchos y río San Pedro.
Se estableció que la prioridad era la Sierra Tarahumara, donde debido a la tala indiscriminada del bosque se contribuyó para acelerar la ebullición global y las lluvias no llegaron. Por primera vez, la Sierra sufría a causa de este fenómeno climático, cuando por siglos fue la fábrica de lluvia natural más grande que proveía de agua a estados colindantes con Chihuahua.
La situación se agravó debido a que los pueblos de esta región, sobre todo los indígenas empezaron a sufrir hambre, las cosechas no fructificaron ante la falta de lluvias.
Eva Pérez, indígena rarámuri destacó que la tala indiscriminada es la causante de que las lluvias se hayan alejado, porque un árbol joven no llama igual a la lluvia. La población indígena sufre por la seca de sus aguajes y manantiales.
Sin agua para cumplir con el tratado
Ante la sequía tan prolongada que vive Chihuahua, el río Conchos no tributa al Tratado Internacional de Aguas de 1944 en lo que resta del ciclo 36, por lo que se usará el agua de los ríos San Juan y Álamo de Nuevo León y Tamaulipas.
Ello luego de que firmó el Acta 331 donde se establece el uso de los mencionados afluentes y de presas internacionales Amistad y Falcón. Para cambiar las disposiciones de este acuerdo se deberá firmar una nueva acta en 2029.
Aunque por este ciclo que termina en octubre de 2025, la entidad tendrá un respiro, sin embargo el Acta establece que podrán hacer uso del agua de las presas una vez que estas lleguen al nivel de agua máximo ordinario (NAMO).
Contingencia sanitaria
A la falta de agua se suma la contingencia sanitaria que se vive ante la amenaza del gusano barrenador del ganado (GBG), que desde el pasado 24 de noviembre Chihuahua vive el cierre de la frontera con EU, con una pérdida de 200 millones de pesos. Se prevé que al iniciar el año se pueda reanudar el cruce comercial.
El 2025 será un año difícil para el campo y la ganadería de Chihuahua.
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