Los Pueblos Mágicos son lugares que han sido reconocidos por la Secretaría de Turismo de Méxicopor su riqueza cultural, histórica y natural, así como por ofrecer una experiencia única a quienes los visitan. Estos pueblos destacan por conservar tradiciones ancestrales, arquitectura colonial, festivales coloridos y una gastronomía auténtica que refleja la diversidad del país.
Chihuahua cuenta con cinco Pueblos Mágicos nombrados por la Secretaría de Turismo de México: Creel, Casas Grandes, Batopilas, Parral y Guachochi. Cada uno de estos pueblos tiene su propio encanto y atractivo único.
Creel
Ubicado en la Sierra Tarahumara, el Pueblo Mágico Creel se ha consolidado como el principal acceso a las Barrancas del Cobre, uno de los sistemas de cañones más impresionantes del país. Este destino chihuahuense no solo cautiva por sus paisajes naturales, sino también por las tradiciones, costumbres y espiritualidad del pueblo rarámuri. La experiencia en Creel va más allá del turismo convencional: es una inmersión en la aventura, la cultura y la magia que envuelven cada rincón de este enclave serrano.

Batopilas
Enclavado en la profundidad de la Sierra Madre Occidental, Batopilas se distingue por sus paisajes espectaculares y su valioso patrimonio arquitectónico. Este antiguo pueblo minero invita a recorrer casonas y haciendas que evocan los siglos XVIII y XIX, testigos de una época marcada por sus minas de plata. Rodeado por la barranca que lleva su nombre, el entorno de Batopilas tiene cañadas, ríos, árboles exóticos y una biodiversidad sorprendente. Sin embargo, su mayor riqueza reside en sus habitantes, custodios de una herencia cultural que sigue viva en cada tradición.

Casas Grandes
La antigua ciudad de Paquimé, actualmente conocida como Casas Grandes, ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad otorgado por la UNESCO, gracias a su papel como epicentro comercial de la región de Áridoamérica. Este sitio arqueológico destaca por su entorno desértico y por sus singulares edificaciones de tierra apisonada, tanto civiles como religiosas, que revelan el ingenio de sus antiguos habitantes. La experiencia se complementa con la gastronomía local: un aperitivo de sotol, cuajadas como botana, guisos con carne seca, barbacoa o cortes de carne al estilo norteño, y como toque final, duraznos o manzanas cultivadas en la región.

Parral
Reconocido con el distintivo sobrenombre de “La Capital del Mundo”, Parral se presenta como un punto de encuentro entre lo antiguo y lo contemporáneo. Esta ciudad chihuahuense deslumbra a sus visitantes con el legado de su auge minero, visible en construcciones emblemáticas como el Palacio Alvarado y los vestigios históricos de la Mina La Prieta, origen del asentamiento. Además, fue el último refugio del general Francisco Villa, lo que le otorga un peso simbólico dentro del relato revolucionario. La diversidad cultural, combinada con este pasado ilustre, convierte a Parral en un destino imperdible para quienes desean explorar el alma del norte de México.

Guachochi
A tan solo unos pasos de la Barranca Sinforosa —una de las más profundas del país— el Pueblo Mágico de Guachochi se presenta como un destino ideal para disfrutar de aventuras familiares en contacto con la naturaleza. Su nombre, que en rarámuri significa “tierra de las garzas”, evoca el profundo vínculo con sus raíces indígenas y su entorno. Situado aproximadamente a 430 kilómetros al suroeste de Chihuahua capital, este pueblo ofrece una diversidad de espacios que cautivan a visitantes de todas las edades: desde la cascada El Salto, el Cañón del Jaguar y la propia Sinforosa, hasta lagos, parques y balnearios de aguas termales.







