La Comisión Local de Búsqueda del estado de Chihuahua ha sido reconocida como una de las más avanzadas a nivel nacional, gracias a la sofisticación y diversidad del equipo técnico con el que cuenta para llevar a cabo tareas de localización de personas desaparecidas.
Este organismo, encargado de coordinar e implementar acciones para la localización de personas no localizadas o desaparecidas, dispone de una amplia gama de herramientas tecnológicas que fortalecen su capacidad operativa en campo. Entre sus recursos destacan cuatrimotos para recorrer terrenos de difícil acceso, lanchas para la búsqueda en cuerpos de agua, así como cámaras de inspección profunda, capaces de descender hasta 500 metros, utilizadas principalmente en pozos, minas y otras cavidades subterráneas.
Así lo explicó el titular de la Comisión de Búsqueda, Víctor Alfredo Hinojos Paredes, quien detalló que la corporación a su cargo cuenta con drones de alta tecnología equipados con sensores especializados, que permiten detectar alteraciones en la superficie del suelo, lo cual puede ser indicativo de fosas clandestinas u otras anomalías geológicas. También dispone de drones acuáticos diseñados para inspeccionar el fondo de ríos, presas o lagunas, lo que amplía significativamente las posibilidades de búsqueda en contextos de agua.
Esta infraestructura coloca a Chihuahua a la vanguardia en materia de búsqueda de personas a nivel nacional, lo que resulta fundamental en un estado que históricamente ha enfrentado altos índices de desapariciones. El fortalecimiento de estas capacidades responde, en parte, a la presión y trabajo constante de colectivos de familiares de personas desaparecidas, quienes han exigido la profesionalización de las búsquedas y el uso de tecnología avanzada.
El Comisionado Estatal explicó que las excavaciones realizadas comúnmente en fosas clandestinas no suelen superar los dos metros de profundidad. “Cuando se habla de excavaciones de 13 metros, estamos hablando de algo extraordinario y poco común. Hay fosas que llegan a los 4 o 5 metros, pero esas ya requieren una intervención especializada”, señaló.
En esos casos, el equipo a su cargo hace uso de una cámara especial, diseñada originalmente para la industria minera, la cual permite inspeccionar profundidades de hasta 500 metros. Esta cámara cuenta con visión de 360 grados y tecnología LED para iluminación subterránea, permitiendo obtener imágenes nítidas y videos en alta resolución, que son almacenados en memorias extraíbles para integrarse a los informes de verificación forense.
“Este equipo lo usamos para verificar tiros de mina o posibles fosas. Muchas veces encontramos excavaciones abiertas que podrían representar un riesgo o un punto de interés”, detalló Hinojos. El descenso de la cámara se realiza mediante poleas y equipo de descenso, similar al que se usa en espeleología o rescates verticales.

El material capturado se analiza y se integra en los reportes que posteriormente se entregan al Ministerio Público o a la autoridad investigadora correspondiente. “Con esto garantizamos que todo queda documentado, tanto en imagen como en video, dentro de las carpetas de investigación”, añadió.
Otro de los recursos clave es el uso de drones con cámaras térmicas, sensores multiespectrales y sistemas fotográficos de alta resolución. Estos equipos permiten hacer mapeos en tiempo real y cubrir grandes extensiones de terreno. “El dron que utilizamos costó aproximadamente 2 millones de pesos y ha sido una herramienta invaluable para hacer sobrevuelos en zonas agrestes donde no es posible ingresar con personal a pie”, explicó el comisionado.
Cada dron funciona con baterías de alto rendimiento y cuenta con un sistema de control especializado que proporciona datos como altitud, coordenadas y condiciones ambientales. “Este año vamos a adquirir más baterías para extender el tiempo de vuelo y seguir fortaleciendo la capacidad de respuesta de la Comisión”.
Uno de los aspectos más destacados por el titular fue la incorporación de binomios caninos en las labores de búsqueda. Actualmente, la Comisión Local de Búsqueda cuenta con dos perros de raza pastor belga malinois, especializados en detección de restos humanos. Uno de ellos, “Scott”, tiene 2 años y 7 meses, y ha sido entrenado desde los dos meses de edad para asociar aromas específicos con tejido humano en descomposición.
“Los perros que se integran a la Comisión ya vienen con entrenamiento especializado. Pueden trabajar en espacios abiertos, cerrados y en presencia de personas. Su entrenamiento se basa en el juego y la asociación con el juguete”, detalló Hinojos.
Estos perros están diseñados exclusivamente para la búsqueda de restos humanos, y no intervienen en operativos donde se busquen personas con vida, dinero o armas, pues eso corresponde a otras áreas de seguridad pública.
El Comisionado considera que los binomios son una de las herramientas más valiosas del equipo, al estar entrenados para detectar restos humanos en distintas etapas de descomposición, incluso tejidos calcinados. “El perro se convierte en un escáner”, explica Hinojos. Cuando el animal percibe un indicio, se sienta como señal de alerta para su manejador, quien le otorga una recompensa, generalmente una pelota.
Actualmente cuentan con dos elementos caninos: Scott y Lina. “Teníamos tres, pero uno falleció el año pasado por causas de salud”, lamenta. Los perros inician su entrenamiento desde los dos meses de edad y están plenamente operativos alrededor de los dos años y medio. Aunque su vida útil está estipulada en ocho años, algunos ejemplares pueden extender su servicio dependiendo de su condición física.
Al jubilarse, los canes suelen ser adoptados por sus propios manejadores. “Se les desestabiliza mucho al separarlos”, afirma el entrevistado.
Además de los perros, el equipo cuenta con herramientas tecnológicas que les permiten operar en terrenos de difícil acceso. Desde drones acuáticos con brazos robóticos y lámparas de alta potencia para exploración subacuática, hasta el Georadar TOKM-3D, que detecta alteraciones en el subsuelo, cada equipo cumple una función específica en la localización de restos humanos.
En zonas serranas o agrestes utilizan vehículos todo terreno, y en cuerpos de agua, lanchas o jetskis. Para excavaciones controladas, disponen de una miniexcavadora —conocida coloquialmente como “la mano de chango”— que les permite remover tierra sin dañar posibles hallazgos.
Detrás de la tecnología y la precisión canina hay una convicción profunda por encontrar respuestas. El equipo de la Comisión Local de Búsqueda no solo realiza operativos, también está capacitado bajo el protocolo homologado de búsqueda y la Ley General en Materia de Desaparición.
La Comisión ha demostrado que el compromiso institucional y la innovación tecnológica pueden coexistir en una misión profundamente humana: buscar a quienes faltan y ofrecer un poco de paz a quienes los esperan.
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