El INAH conserva y restaura valiosas pinturas rupestres en cueva del norte del estado de Chihuahua

En lo profundo de la Sierra de Majalca, al norte del estado de Chihuahua, se encuentra un tesoro escondido: la Cueva de las Monas, sitio que alberga pinturas rupestres de gran valor histórico, que están siendo cuidadas y restauradas por un equipo de expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), gracias a estos trabajos se han descubierto nuevos detalles en las figuras pintadas hace siglos por antiguos habitantes de la región.

Durante una reciente jornada de trabajo, los especialistas lograron observar con mayor claridad las imágenes que decoran las paredes de la cueva, esto fue posible gracias a un proceso cuidadoso de limpieza y restauración, que ha revelado nuevas figuras y detalles antes ocultos, los dibujos muestran escenas de la vida prehispánica, pero también reflejan la influencia de la llegada de los españoles en los siglos XVII y XVIII.

La cueva, situada a unos 60 kilómetros al norte de la ciudad de Chihuahua, destaca por la calidad de sus trazos y la variedad de símbolos, dichas pinturas están superpuestas unas sobre otras, lo que indica que fueron realizadas en diferentes momentos de la historia; para los expertos este sitio representa un importante testimonio del pasado y un patrimonio cultural que debe ser protegido.

Durante una visita oficial, el director del Centro INAH Chihuahua, Jorge Carrera Robles, explicó que el proyecto de conservación ha permitido rescatar elementos dañados por el paso del tiempo y por la acción humana; en años anteriores, algunas personas dejaron grafitis con aerosol, carbón y lápiz, además de provocar manchas de hollín por hacer fogatas dentro de la cueva.

Para reparar estos daños, los restauradores han trabajado con técnicas especiales, usando materiales que refuerzan la piedra sin dañar las pinturas, estos productos ayudan a proteger la superficie rocosa, muy similar a la arenisca, y evitan que el pigmento original se desprenda con el tiempo.

Aunque aún no hay un acceso formal al sitio, el gobierno municipal ha asignado a un cuidador que vigile la cueva de manera permanente, esta medida busca evitar nuevos daños y preservar el lugar para futuras generaciones. También se planea difundir su importancia histórica entre la población, como una forma de fomentar el respeto por el patrimonio cultural.

Los encargados del proyecto han notado un cambio en la actitud de la comunidad, que ahora muestra mayor interés por proteger la cueva; según Carrera Robles, este cambio positivo es resultado del trabajo de concientización realizado en los últimos años.

El INAH reafirmó su compromiso de seguir colaborando con autoridades estatales, municipales y federales para continuar con la protección y estudio de la Cueva de las Monas, un lugar que guarda valiosas huellas del pasado y que forma parte del legado cultural de México.

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