El cierre del cruce fronterizo de ganado ha provocado una de las bajas más significativas en los inventarios pecuarios de Estados Unidos en las últimas décadas, con engordas que antes manejaban hasta 30 mil cabezas y hoy apenas mantienen entre seis y ocho mil. Así lo reveló un estudio presentado durante la reunión binacional entre los secretarios de Agricultura de Nuevo México, Arizona y California, junto con autoridades de Chihuahua y Sonora, en la que se destacó el papel del estado de Chihuahua como ejemplo en control sanitario y trazabilidad ganadera.
El análisis, elaborado por el economista José Montes a solicitud de la Secretaría de Desarrollo Rural de Chihuahua, detalló que el cierre del cruce no solo ha afectado a los productores mexicanos, sino que también ha generado pérdidas económicas en comunidades del suroeste estadounidense, donde han cerrado rastros, plantas de procesamiento y se han reducido fuentes de empleo vinculadas al sector cárnico.
Hace 15 días, los funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Rural de Chihuahua se reunieron consecretario de Agricultura de Nuevo México, Jeff Witte, quien reconoció los resultados alcanzados por Chihuahua en materia de sanidad pecuaria y propuso la realización de un mecanismo interestatal permanente entre Chihuahua, Sonora y Baja California, junto con las entidades fronterizas estadounidenses, para mantener una comunicación técnica continua, fortalecer la confianza en los procesos de inspección, y avanzar hacia una reapertura ordenada.
Chihuahua presentó los avances de su programa de control del gusano barrenador del ganado, el cual incluye la capacitación de binomios caninos especializados, inspecciones sanitarias en puntos estratégicos y el uso de sistemas GPS en las rutas de tránsito de animales. Esta tecnología permite supervisar que el ganado llegue a su destino sin desviarse, garantizando la trazabilidad y sanidad del proceso.
Durante la exposición, la delegación chihuahuense subrayó que el ganado exportado proviene únicamente de zonas libres de enfermedades, como Nuevo León, Coahuila y Durango, y que actualmente no se permite el ingreso de reses procedentes de zonas afectadas, lo que refuerza la confianza en los protocolos sanitarios del norte del país.
La delegación chihuahuense estuvo integrada por el secretario Mauro Parada Muñoz; Juan Carlos Flores, jefe de Ganadería; Mauricio Hernández, director de Desarrollo Agropecuario; el doctor Enrique Sánchez, secretario técnico de la SDR, quienes pudieron percatarse que los secretarios estadounidenses no tenían conocimiento sobre las acciones emprendidas por Chihuahua.
Sus homólogos estadounidenses reconocieron el nivel de profesionalismo y rigor técnico con que Chihuahua ha manejado la vigilancia sanitaria, así como su disposición para compartir información y abrir canales de diálogo directo con los estados fronterizos del sur de Estados Unidos.
Entre las propuestas de cooperación se planteó la posibilidad de exportar becerras enteras, es decir, no castradas, para que los productores estadounidenses puedan regenerar sus hatos ganaderos y atender la escasez actual. La idea fue bien recibida por los representantes de Arizona y California, quienes coincidieron en que podría generar beneficios recíprocos.
El estudio económico también permitió poner en contexto a los participantes sobre la relevancia comercial del ganado mexicano para el sector agropecuario estadounidense, ya que este genera una importante derrama económica: desde el transporte, los servicios de corral, alimentación con forraje y maíz producido en EU, hasta el procesamiento final de la carne, lo que representa empleo e ingresos a ambos lados de la frontera, resaltó Juan Carlos Flores Márquez,
Uno de los aspectos más relevantes fue el cambio de actitud del secretario de Agricultura de Texas, Sid Miller, quien después de meses de resistencia ha mostrado apertura al diálogo y a la posibilidad de impulsar, junto con el USDA, una reapertura gradual del cruce fronterizo. Este giro fue interpretado como un avance positivo derivado del trabajo técnico y diplomático de Chihuahua, aunque sí consideran que la reapertura se dará hasta el 2026.
Las autoridades coincidieron en que el encuentro dejó un buen sabor de boca, pues permitió a los estados estadounidenses conocer de primera mano las acciones que Chihuahua y Sonora han implementado para garantizar la seguridad sanitaria del ganado, y comprender que México mantiene condiciones más estables que otros países exportadores como Argentina, donde existen riesgos por fiebre aftosa y gusano barrenador.
Finalmente, se acordó realizar una reunión presencial en la frontera, posiblemente en el punto de inspección de San Jerónimo, donde se mostrarán los protocolos de revisión, control y bioseguridad aplicados por las autoridades mexicanas. Los representantes de ambos países destacaron que la cooperación técnica directa entre estados fronterizos representa una vía eficaz para recuperar la confianza, reactivar el comercio y fortalecer la economía ganadera en la región norte.






