En un estado donde el desierto y las montañas se encuentran con la tradición y la innovación, la viticultura ha florecido como una de las principales apuestas para el desarrollo agrícola y turístico de la región: desde las áridas tierras de Namiquipa hasta las zonas más templadas de Aldama, el vino chihuahuense ha encontrado su identidad en la diversidad de climas que ofrecen sus distintos territorios.
Hoy por hoy, el estado cuenta con cerca de 60 viñedos y alrededor de 500 hectáreas dedicadas al cultivo de uva. En total, Chihuahua produce más de 200 etiquetas de vino, que son la carta de presentación del estado en mercados nacionales e internacionales, informó Damián Porras Flores, presidente del Sistema Producto Vid Chihuahua.
Este éxito ha sido el resultado de años de esfuerzo, visión y, sobre todo, el apoyo incondicional del Gobierno del Estado, que ha promovido la reconversión de la fruticultura para transformar el paisaje agrícola en una poderosa industria vitivinícola.
“Hoy por hoy, Chihuahua se está posicionando como uno de los principales productores de vino en México, gracias a su diversidad de climas y terrenos. Estamos hablando de un estado con viñedos en regiones tan diversas como Namiquipa, Samalayuca, Delicias, Chihuahua y Aldama. Con 60 viñedos, más de 500 hectáreas cultivadas y más de 200 etiquetas, estamos demostrando que la viticultura chihuahuense no solo tiene un presente prometedor, sino un futuro lleno de oportunidades. Este desarrollo es el resultado de un esfuerzo conjunto, en donde la reconversión de la fruticultura y el apoyo del gobierno estatal han sido claves para lograr este posicionamiento”, afirmó el presidente de Damián Porras Flores.
La región de Namiquipa, ubicada en el desierto, es uno de los puntos más representativos de esta nueva era vinícola, donde el sol abrasante y los suelos áridos crean las condiciones perfectas para cultivar uvas de alta calidad. Sin embargo, es en los viñedos de Samalayuca, cerca de la frontera con los Estados Unidos, donde se experimentan contrastes climáticos extremos que dan lugar a vinos con una complejidad inigualable. Las condiciones de sequedad y las temperaturas extremas son perfectas para que las uvas maduren de manera lenta, logrando concentrar sus azúcares y acidez, que se logran de la generosidad del desierto chihuahuense.
Delicias, una de las regiones más productivas de la entidad, también ha encontrado en el cultivo de uvas una fuente de prosperidad. En estas tierras, la viticultura ha resurgido con fuerza, pues el valle permite una perfecta combinación entre la calidez del sol y las noches frescas, lo que facilita unamaduración controlada de las uvas.
En la misma línea, los viñedos ubicados en Aldama y Chihuahua capital están marcando tendencia con sus etiquetas. Estas regiones, aunque cercanas a la zona urbana, gozan de condiciones geográficas que las hacen ideales para la producción vinícola, con suelos fértiles y un clima moderadamente cálido, que favorece el desarrollo de vinos con un perfil suave y accesible para todo tipo de paladares.
El sector vitivinícola de Chihuahua ha crecido no solo en hectáreas cultivadas y etiquetas de vino, sino también en la infraestructura que permite a los turistas y aficionados disfrutar de la enocultura. La creación de eventos como Vinorte y el impulso al enoturismo han permitido que el estado se posicione como un destino para los amantes del buen vino, sumando a la oferta de los viñedos recorridos educativos, catas guiadas y festivales gastronómicos que celebran la cultura del vino.
El camino no ha sido fácil, y ha requerido de la convicción de los productores que apostaron por la reconversión agrícola, dejándose seducir por el potencial del cultivo de la vid. Desde los primeros pasos en la viticultura hasta la consolidación de la industria, el apoyo del gobierno estatal y de diversas instituciones ha sido fundamental para transformar lo que en un inicio fue un sueño en una realidad que hoy ocupa un lugar destacado en el mapa vinícola de México.
El presidente del Sistema Producto Vid Chihuahua puntualizó que la clave del éxito ha sido la diversificación de las zonas productoras, lo que ha permitido desarrollar una oferta de vinos únicos, con diferentes características dependiendo de la región donde se cultiva la uva.
Además, destacó que el trabajo en conjunto entre productores, autoridades locales y el sector privado ha sido fundamental para posicionar a Chihuahua como una potencia vinícola emergente.
Para finalizar, compartió que de esta manera, Chihuahua continúa su expansión como un referente en la producción de vino, con un producto que ya ha conquistado los mercados más exigentes del mundo, mientras sus viñedos siguen creciendo y madurando como el buen vino que producen.






